JACA PIRINEOS, PARAISO DE MONTAÑA

BARÓS

Arquitectura tradicional 

En el paseo por el casco urbano de Barós descubriremos interesantes ejemplos de la arquitectura tradicional de este territorio pirenaico. Casa Viscasillas, Lacasa, Lacué, Nicolás o Lena – la más antigua de la localidad -comparten un tipo de arquitectura que tiene como material fundamental la piedra. 

Este material es trabajado en los muros en mampostería, es decir, dispuesta de forma irregular. Con esta técnica se formaban gruesas paredes abiertas solamente por pequeñas ventanas y grandes arcos de entrada. 

Para estos elementos también se recurre a la piedra pero en este caso bien trabajada y escuadrada. Para rematar la construcción se recurría a las losas de piedra. Éstas losas se disponían sobre una estructura de madera a dos aguas para permitir el desagüe del agua de lluvia y el deshielo de la nieve. 

Estas mismas técnicas constructivas y materiales eran usados en viviendas, graneros, pajares e, incluso, en iglesias. Al sur de Barós, se conserva la Ermita de Santiago donde veremos como desde el siglo XI la mampostería, la piedra y las losas de piedra eran usadas en estos pueblos.

El Ecomuseo de los Pirineos 

El Ecomuseo de los Pirineos fue una iniciativa del Ayuntamiento de Jaca para poner en valor su patrimonio cultural y natural entendiendo el territorio como un todo único; explicando la relación de los seres humanos con su entorno. Con este idea se invita a los miles de visitantes, que recibe Jaca cada año, a salir de sus calles y adentrarse en los pueblos vecinos 

Las rutas guiadas que se organizan se articulan en torno a cuatro ejes temáticos: Riquezas Naturales, Creencias Populares, La Vida en los Pirineos Y Caminos de Piedra donde se visitan los ejemplos más relevantes del románico de la zona, corno la iglesia de San Fructuoso de Barós

La Romería de San Indalecio 

Las gentes de Barós tradicionalmente han participado en tres romerías. El Domingo de la Trinidad partían a Yebra de Basa y el 25 de junio a Jaca para venerar a Santa Orosia y durante la primera quincena de junio ascendían hasta la pradera de San Indalecio junto al Monasterio Alto de San Juan de la Peña. 

Sin duda, esta romería era la más importante ya que reunía hasta 238 pueblos de toda la provincia de Huesca que habían hecho votos de subir a San Indalecio la octava de Pentecostés para hacer rogativas de lluvia.