JACA PIRINEOS, PARAISO DE MONTAÑA

GARCIPOLLERA

Bescós de la Garcipollera 

Al entrar al valle de la Garcipollera desde el oeste, el primer pueblo que se alcanza es Bescós de la Garcipollera. En la actualidad, aquí se ubica un Centro de Experimentación ganadera del Gobierno de Aragón, por lo que resulta difícil distinguir los retos de las antiguas viviendas y de la iglesia de San Miguel, entre las nuevas naves agrícolas y dependencias de este complejo agropecuario. A un lado de la pista asfaltada quedan las construcciones y al otro lado, junto a la ribera norte del río Ijuez, se extienden los pastos hasta el límite que marca la vegetación de ribera de este curso de agua.

La Finca de «La Garcipollera» supone una finca experimental de montaña, explotada por el Centro de Investigación y Tecnología alimentaria del Gobierno de Aragón. En ella se investigan sistemas agroganaderos de montaña y sus posibilidades técnicas de mejora con fines científicos y de difusión entre el sector ganadero, pero también realiza jornadas de Puertas Abiertas para dar a conocer su trabajo al público en general.

Villanovilla

Esta localidad no llegó a ser expropiada por el Estado, pero sin duda, la situación de abandono del valle propició su despoblamiento hasta hace pocos años cuando ha vivido una interesante recuperación de sus calles y casas siguiendo las técnicas y materiales propios de la arquitectura tradicional de este valle pirenaico. Así pues se ha convertido en el lugar adecuado desde donde descubrir el valle ya que dispone de diversos servicios turísticos y ofrece unas excepcionales vistas de la Garcipollera al ubicarse sobre un balcón natural elevado sobre la margen izquierda del río Ijuez.

Villanovilla también es el lugar indicado para realizar excursiones en las que descubrir el paisaje y la historia del valle. Un ejemplo es el sendero que se coge a las afueras del casco urbano y que nos conducirá hacia el este a dos puntos de gran interés patrimonial: por un lado, al despoblado de Acín donde veremos las fatales consecuencias del abandono del mundo rural, incluyendo los restos de la iglesia románica de San Juan Bautista (s.XII-XIII), y por otro lado, si continuamos hacia el norte, alcanzaremos uno de los templos románicos más relevantes de todo Aragón, la ermita de Santa María de Iguácel (s. XI).

El Valle de la Garcipollera

Se trata de un valle transversal, en sentido oeste-este, marcado por el curso del río Ijuez. El topónimo de este valle tiene origen medieval y, sin duda, un significado curioso: «el Valle de las Cebollas”. Pero su episodio histórico más importante nos lleva a la década de los años cincuenta del siglo XX cuando el Estado procedió a su expropiación total con el fin de reforestarlo y evitar así la colmatación del vaso del embalse de Yesa. Sus pueblos se abandonaron, el ganado dejó de pastar y el valle quedó en silencio y sin vida.

El paisaje de la Garcipollera, hoy declarado Lugar de Interés Comunitario por la red europea Natura 2000 por su alto interés medioambiental, destaca por extensos y densos bosques de coníferas, especialmente, de pino negro. A pesar de este paisaje consecuencia de la reforestación, aún es posible ver en algún punto del valle algunos robustos ejemplares de robles testigos del bosque natural de la zona. Entre los bosques no es difícil avistar algún ejemplar de ciervo, y es que Patrimonio Forestal del Estado, tras la expropiación, introdujo en esta zona ciervos para crear una Reserva Nacional de Caza que a día de hoy alberga una de las poblaciones de ciervo más importantes de España.