FUERTE DE RAPITÁN

Rapitán es un punto obligado para quien llega por primera vez a Jaca porque la panorámica desde lo alto del monte, situado a 1.142 mts de altitud al norte de la ciudad, es especialmente bella puesto que se divisan unas espléndidas vistas tanto de Jaca como del entorno que la rodea.

Su espacio aúna patrimonio y naturaleza al destacar por una parte el Fuerte del mismo nombre como uno de los monumentos representativos de la ciudad jaquesa y por otra parte un espacio medioambientalmente atractivo para el desarrollo de un turismo familiar en el que todas las edades tienen cabida.

El Ayuntamiento de Jaca ha llevado a cabo recientemente tareas de adecuación y mejora  para que los ciudadanos y visitantes puedan conocer su significado histórico y patrimonial dentro de la historia moderna de la ciudad y se disfrute al mismo tiempo como centro de ocio y esparcimiento público dada su situación geográfica, entorno natural y valor paisajístico.

El Fuerte de Rapitán ha sido testigo mudo del devenir de la ciudad a lo largo del último siglo. Levantado en el siglo XIX, este edificio militar se encuadra en la tipología de fuerte fusilero artillado.  Se concibió como parte de la tupida red defensiva que se pretendía construir de forma paralela a la línea internacional de ferrocarril Oloron-Canfranc. Su estratégica ubicación en la entrada natural del valle del río Aragón le confirió una importancia decisiva en la defensa fronteriza frente a Francia.

El Fuerte de Rapitán ocupa una superficie de 35.540 m, con 18 emplazamientos de artillería y con dependencias que se distribuyen en dos partes  diferenciadas, la de alojamiento y la puramente militar. A través de su puerta principal, de cierta monumentalidad, se accede a la parte noble, en la que se disponen los salones, despachos y alojamientos. La parte militar cuenta con fosos y poternas para fusiles y cañones.

Las obras de edificación se iniciaron en 1884 con costosas tareas de desmonte y explanación del terreno. Además, también fue necesario trazar y acondicionar el camino que sube hasta la cima y que se finalizó dos años más tarde. En 1888 se realizaron los planos de la fortaleza y un año después su construcción fue aprobada por la Real Orden de 14 de marzo.

Su construcción, que se había iniciado a la vez que la del Fuerte de Coll de Ladrones en Canfranc y Santa Elena en Biescas, en un intento de la monarquía española por fortificar la frontera pirenaica, finalizó en noviembre de 1900. En ella trabajaron 250 jornaleros de la zona además de numerosos canteros y su coste supuso para el estado seis millones de pesetas.

Aunque no llegó a entrar en combate, su historia consta de varios episodios trágicos en relación con la Guerra Civil. Además, durante la dictadura sirvió como prisión militar hasta los años 50.

Su gestión pertenece al Ayuntamiento de Jaca desde 1973, aunque sigue siendo propiedad del Ministerio de Defensa. En 1978 fue sometido a una importante intervención para convertirlo en residencia y centro de actividades culturales, fin para el que sigue siendo utilizado esporádicamente.

Durante unos años acogió el Museo de Miniaturas Militares en su interior pero, tras su remodelación, se trasladó al interior de la Ciudadela cuya exposición alberga más de 32.000 piezas.

SABÍAS QUÉ…

  • El Fuerte de Rapitán recibe su nombre de la colina sobre la que se levanta. Se trata de un monte que el concejo había usado desde 1675 como terreno de pasto.
  • En el año 1900 se realizó la ceremonia de bendición del fuerte y de izado de la bandera, fecha que supuso el inicio de la actividad castrense, aunque muy pronto se pudo comprobar también que las estrategias y avances militares lo habían superado prematuramente.
  • En 1929 se instaló el teléfono, telégrafo y alumbrado eléctrico en virtud de una Real Orden del mismo año, cuyo presupuesto ascendía a 15.465 pesetas.