OSIA

La ermita románica de la Virgen del Rosario 

A las afueras de Osia daremos con la capilla del cementerio. Este pequeño templo románico, fue en origen la parroquia de la localidad dedicada a Santa Lucía, pero en el siglo XVIII se levantó otra iglesia al gusto barroco y esta edificación quedó como ermita y bajo la advocación de la Virgen del Rosario. Esta construcción es de interés tanto por su arquitectura como por detalles escultóricos y decorativos que aún se conservan en su interior. Se trata de una iglesia de nave única rematada en ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Al interior el ábside está dividido en dos por una imposta decorada con ajedrezado jaqués lo que nos desvela que su cronología puede datar del siglo XII ya que esta decoración se extendió a partir de su uso en la Catedral de Jaca cuya fase románica data del siglo XI. Si tenemos la posibilidad de acceder a su interior podremos descubrir curiosos detalles decorativos como diversos rostros tallados en molduras y capiteles entre los que destaca una cabecilla de diablo. Para conocer más como debió ser esta parroquia medieval deberemos ir al Museo Diocesano de Jaca donde se conservan las pinturas murales góticas que decoraban sus paredes con escenas de la vida de Santa Lucía.

El Sodoruel 

Este topónimo era el usado por las gentes de la zona para llamar a este territorio situado en los aledaños de Peña Oroel cuya silueta vigila desde el horizonte a las pequeñas localidades ubicadas en esta cara sur del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel. Este espacio natural protegido es uno de los ecosistemas aragoneses más representativos de media montaña en el que destaca, sobre todo, por un gran contraste medioambiental entre la cara norte, en la que se ubica, por ejemplo la localidad de Atarés, y la cara sur donde se ubican Bernués, Botaya y Osia. Así pues las laderas de estos macizos montañosos que discurren hacia el sur se pueblan de masas forestales típicamente mediterráneas de carrascas acompañadas de especies arbustivas como el boj y de plantas aromáticas típicamente mediterráneas como el tomillo y las aliagas. Una buena opción para disfrutar del paisaje del Sodoruel es recorrer el sendero que une las localidades vecinas de Osia y Botaya. Una vez alcanzado el llano de Osia el entorno natural se caracteriza por las extensiones de cereal y pastos. Y es que tradicionalmente la ganadería ovina ha sido una de las actividades tradicionales a las que se han dedicado sus gentes. Era una vida dura al verse obligados a subir los rebaños, en verano, a los pastos de alta montaña de la zona de Echo, Ansó y Canfranc. Esta trashumancia comenzaba en torno a la festividad de San Pedro, el 29 de junio, y antes de la mitad de julio ya estaban toda la cabaña de ovejas de Osia en los puertos pirenaicos hasta el mes de noviembre.

El Parque Cultural de San Juan de la Peña

El Gobierno de Aragón creo en 1997 una singular figura llamada Parque Cultural para establecer especiales medidas de protección y difusión en aquellos territorios donde se concentrase manifestaciones culturales relevantes enclavadas en un paisaje natural singular. En Aragón hay un total de cinco: el Parque Cultural del Río Martín, Albarracín y del Maestrazgo en la provincia de Teruel y los del Somontano y San Juan de la Peña en Huesca. El Parque Cultural de San Juan de la Peña, creado en 2001, nació con el objetivo desproteger y desarrollar un territorio donde conviven excepcionales muestras de patrimonio cultural y natural. Este espacio, del cual forman parte las localidades de Atarés, Osia, Bernués y Botaya del término municipal de Jaca, se articula en torno a uno de los principales monumentos de Aragón: el conjunto monástico de San Juan de la Peña, un enclave histórico íntimamente ligado a los orígenes del Reino de Aragón y ubicado en el Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, lo que supone una conjunción única entre historia, arte y naturaleza. El territorio que compone este Parque Cultural aglutina un total de seis municipios – Bailo, Caldearenas, Jaca, Las Peñas de Riglos, Santa Cilia y Santa Cruz de la Serós – con un total de 28 núcleos de población enclavados en una tierra salpicada de auténticas joyas románicas, espléndidos ejemplos de arquitectura civil y popular, singulares pardinas, muestras de patrimonio industrial, calzadas romanas, cabañeras, senderos tradicionales y el universal Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad; todo ello acompañado por un marco natural único donde los ríos Aragón y Gállego adquieren un especial protagonismo.