JACA PIRINEOS, PARAISO DE MONTAÑA

POZO DEL REY

En Jaca, el sistema de abastecimiento de agua tradicional mediante pozos, públicos y privados, se sustituyó por la traída de aguas a finales del siglo XIX y por la red de abastecimiento a las fuentes urbanas desde la fuente de San Salvador (1912).

El Pozo del Rey que puede contemplarse en este punto tiene un metro de ancho y casi 11 de profundidad. Su encubado (revestimiento interno) se construyó con grandes sillares (15-20 x 35-40 cm) redondeados en la cara vista. Sus regulares hiladas muestran de forma alterna mechinales (improntas de vigas) emparejados, revelando el sistema de construcción y limpieza: con maderos a modo de escalera descentrada para facilitar los trabajos. Esta fábrica de sillares posese una alidad excepcional, sin parangón entre los demás pozos conservados en Jaca.

Desde que la traída de agua corriente conllevó la inutilización de los pozos, fue reaprovechado para el vertido de la nieve que cada invierno cubría la ciudad. Esta nieve, convertida en hielo, colmaba el pozo durante semanas causando una fuerte erosión en sus sillares.

SABÍAS QUE…

  • A mediados de los años 80 del siglo XX, la excavación arqueológica realizada en el solar situado en la esquina de la calle Correos con Ramiro I, sacó a la luz los zócalos de varias viviendas habitadas en el siglo I a.d.C.. Eran muros de construcción muy sencilla y sus paredes se orientaban según los puntos cardinales.
  • En la urbanización del tramo norte de la calle Ramiro I, también se identificaron restos de viviendas, entre las que destaca un fragmento de una sala que se calentaba mediante la circulación de agua caliente bajo el pavimiento (hipocaustum). En este mismo tramo, se encontró un pequeño vasito en cuyo interior e había depositado un huevo de gallina, sobre una cama de paja. Posiblemente relacionado con la ofrenda fundacional de otra de estas viviendas de IAKKA.
  • Pero sin duda el elemento más destacado del urbanismo de la ciudad romana se ha identificado en la confluencia de las calles Ramiro I, Correos y del Carmen. Las obras de reurbanización han permitido conocer una de las calles de Iakka, en dirección W-E, con una anchura próxima a los cuatro metros. El pavimento romano encontrado se ha conservado muy fragmentado por las diferentes conducciones enterradas existentes.
  • El vial propio de una ciudad romana del siglo I d.C. se construyó colocando una capa de bolos de tamaño medio apoyados sobre el terreno natural, y sobre ellos una capa de grava de varios tamaños, muy compactada, que formaba la “capa de rodadura”. Se conseguía así una firme estable y libre del barro y la humedad, que tanto debían molestar a los carros que transitaban por la ciudad.