BINUÉ
La Torre Románica de la Iglesia de San Pedro
Como fue habitual en las parroquias de esta zona, las iglesias medievales fueron reformadas y ampliadas en el siglo XVIII ocultando muchas veces el origen románico del edificio. En Binué, sin embargo, aún es visible ese sello medieval en su torre. Dos de sus cuerpos, construidos con sillares de piedra, datan de esta época, pero sobre todos destacan sus bellas ventanas.
Se trata de ventanas geminadas partidas por una columna rematada por un capitel con decoraci6n vegetal muy esquemática. Algún especialista ha visto la relación de esta ventana con las ventanas medievales de la iglesia de Santiago de Jaca, lo que podría ser un ejemplo de influencia artística de un templo mayor a otro menor.
En el interior de la iglesia, de todo el conjunto de retablos, destaca el retablo mayor, obra de Jose y Juan Tornés de 1720, presidido por la imagen sedente de San Pedro representado como Papa, lo cual no es habitual. El retablo lo corona una imagen de Santa María Magdalena, santa de gran devoción en la zona y que fue venerada en otro tiempo en una ermita cercana, hoy arruinada. Además de los retablos, esta iglesia custodia otra joya artística: un bello cuadro con una Inmaculada Concepción, obra de M. José Jainé (1831).
Las Ermitas de Binué
En las proximidades del casco urbano de Binué se conservan dos ejemplos de ermitas levantadas con un estilo popular, usando las mismas técnicas y materiales que la arquitectura popular de esta zona del Pirineo: paredes de mampostería, tejados de losas de piedra sobre estructura de madera y ventanas y puertas con molduras de piedra mejor trabajada.
Al sur podremos acercarnos a la ermita de Santa María Magdalena. En honor a esta santa celebra Binué sus fiestas menores. Si seguimos la Calle Alta, por la parte trasera de la iglesia, llegaremos a la Ermita de la Santa Cruz que es la ermita del cementerio el cual se levanta frente a ella.
La Romería para venerar a Santa Orosia
Históricamente las familias de Binué, como las del resto de localidades del municipio, partían en romería cada 25 de junio para venerar las reliquias de esta santa a la ciudad de Jaca.
La tradición nos cuenta que Santa Orosia se apareció a un pastor en Yebra de Basa en el lugar donde le pidió que levantara una ermita para custodiar su cabeza mientras que el resto del cuerpo debía de bajarlo a la ciudad de Jaca. De ahí que un mismo día haya dos celebraciones en torno a esta mártir. En Jaca tiene lugar una solemne procesión, en la que participan todos los estamentos de la sociedad, en la que se saca la urna de plata que custodia su cuerpo. En Yebra de Basa se asciende con su cráneo hasta la ermita que corona el monte Oturia, parando hasta en ocho ermitas. En ambas localidades van acompañados del colorido folclore de los Danzantes de Santa Orosia ataviados con trajes de calzón, gorro de flores y palos de boj. En Jaca los danzantes bailan antiguas danzas de castañuelas y palos al ritmo que marcan el salterio y el chiflo, instrumentos de estas montañas.